Se
llevo a cabo el 20 de abril de 2012, con una importante presencia de
publico, la conferencia sobre “LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA” a cargo
del PBRO. DR. MIGUEL ÁNGEL FUENTES, I.V.E.en el salon del Centro
Civico de la ciudad de Villa Mercedes. El P. Fuentes desarrollo el tema
del estatuto del Embrion Humano a la luz del Documento Pontificio sobre
la Dignidad Humana publicado en el 20 de junio de 2008.
El
P. Fuentes explico que la Congregación sobre la Doctrina de la Fe hizo
público una Instrucción que tiene como eje fundamental la dignidad de la
persona en relación a una de las cuestiones más importantes de nuestro
siglo: las implicaciones prácticas y morales de la genética y, en
general, los progresos en biología humana.
La Instrucción Dignitas Personae, propone principios y juicios morales que aúnan razón y fe. De hecho, estaríamos por decir que la Iglesia, desde una perspectiva mundana, es el único intelectual orgánico que continúa utilizando sistemáticamente la capacidad de razonar. Razón y fe puestas al servicio de aquello que cuenta, el bien integral de cada ser humano y de su dignidad. Porque, con todo este juego biológico, con toda esta propensión a pensar que lo que técnicamente puede hacerse debe hacerse, vamos dejando jirones de la dignidad y del bien en nuestra concepción del ser humano.
La Instrucción, que todo el mundo puede leer y que puede encontrarse en parte de los fundamentos bien conocidos sobre el embrión humano, que debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción. Pero, al mismo tiempo que resume los fundamentos, trata en su segunda parte de dar respuesta a los nuevos problemas relativos a la procreación. Y así establece criterios en un lenguaje claro y asequible sobre las técnicas de ayuda a la fertilidad, la fecundación in vitro y la eliminación voluntaria de embriones, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, la congelación de embriones y óvulos, la reducción embrionaria, el diagnóstico preimplantatorio y nuevas formas de intercepción y contragestación.
En una tercera parte, que nos atreveríamos a calificar de apasionante, trata de las nuevas propuestas terapéuticas que comportan la manipulación del patrimonio genético humano. Esta es una cuestión candente y cada vez lo será más, porque, bajo la idea de que se va a conseguir un bien, se justifica la naturaleza inapropiada del medio para alcanzarlo. Es decir, se rompe con un principio universal de la ética; a saber, que el buen fin no justifica cualquier medio. Es el caso de determinadas terapias génicas, la clonación, el uso de células troncales, o algo que nos remonta al fantasma de las quimeras, como son los intentos de hibridación entre óvulos de animales y núcleos de células humanas. También, ese comercio aterrador, cual es la utilización de material biológico humano de origen ilícito.
No ya los católicos, sino que cualquier persona que desea una reflexión fundamentada en el sentido de lo que es humano debería leer este texto. Porque, incluso más allá de su valor normativo para los católicos, estamos ante una aportación valiosísima a la cultura de nuestro tiempo, tan necesitada de lucidez y sentido.